viernes, 20 de octubre de 2017

Kast, el “Putin Chileno” por Roxana Viira


La carrera presidencial ha tomado un importante dinamismo con la figura de José Antonio Kast, no por su origen o aspecto físico, algo que candidatos de otros sectores tratan de explotar sin mucho éxito, sino porque muy por el contrario a lo denominado "políticamente correcto" Kast dice lo que piensa, sus bases e ideas, se muestra tal cual es.

La sociedad chilena, recorriendo  ampliamente distintos sectores y realidades, es en muchos casos hipócrita y cobarde a la hora de defender sus ideas por "el qué dirán". Muchas veces se suman a movimientos o manifestaciones por el impacto comunicacional o la adhesión transitoria en "estar en la corriente".  Este factor en política es sumamente peligroso, nos muestra un electorado ambivalente y que calla.

Esto se acentúa en las personas denominadas de derechas o centro derecha, acostumbradas al meeting de puertas cerradas en donde desencadenan sus más extremos sueños y cantos, acostumbrados al fracaso político y a la ambigüedad de sus representantes.

Claramente esto cambió con Kast, no tan solo está movilizando a una "derecha dormida", sino y con mayor importancia aun, está poniendo en el debate ideas y planteamientos que son íntegros a su pensamiento, logrando algo que hace mucho no se veía en la política chilena: consecuencia e inspiración de respeto.

De esta forma su figura se asemeja mucho a la del Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, quien es un hombre de decisión y fuertes medidas, dentro de sus marcos de ideas que muchas veces no agradan a los "políticamente correctos" ya sea por el lobby o mantener un "ambigüedad ventajosa" frente a otros países, es de esta manera que ha vuelto a fomentar un discurso que por muchos años se pensó extinguido, hablando de los valores tradicionales y regresando hasta cierto grado el alma al pueblo ruso, junto con su dignidad internacional.

Ambos han comprendido que intentar imponer valores o normas de conductas que atentan contra la tradición, las costumbres o religión de un país, es un desafío temerario y requiere de años, de generaciones cambiarlo, siempre con dantescas consecuencias.
Kast está rompiendo con una hegemonía cultural de lo "políticamente correcto" desde la razón de los argumentos y no desde la agresión, siendo por lo tanto fuertemente atacado por sus adversarios una y otra vez, pero curiosamente guardando una compostura y líneas de ideas que muchos pensaron extintas, sin apoyo o de un pasado "conservador" en decadencia pero que en realidad estaba dormido.

Quizás la ventaja de Putin, tras más de 15 años en el poder, es que no le realizan preguntas odiosas y es él quién habla dirigiendo, sin importar quien este a su lado o reprimiendo un ministro, pero al mismo tiempo Kast tiene la ventaja de que cada vez que es inquirido por un tema su posición se difunde, siendo directo y sencillo, reconociendo sus diferencias con el adversario y en no titubear en señalar sus juicios de valor tras argumentar.


Kast y Putin tienen muchos más factores en común que un discurso conservador, es la forma de manifestarse y de plantear ideas que a muchos puede molestar o incomodar, pero a una gran mayoría (en el caso de Chile silenciosa) aprecia y aplaude, personas antes encerradas y ahora recorriendo las calles.

Los últimos años de la historia política de Chile han demostrado que el poder del gobierno ha respondido a lobbys establecidos, es bueno saber que al menos un candidato responde a su integridad y no a poderes fácticos que juegan con la nación.

A Kast no le tiembla la voz, es un hombre de decisión y convencido de lo que piensa, en muchas facetas podemos señalar que Kast es "el Putin Chileno".

Roxana Viira
Analista en Rusia de Círculo Acton Chile

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