Ya sabemos que Piñera (el malo) se presentó a las elecciones primarias como un candidato de derecha. Ahora es un candidato de centro que se presentará a la primera vuelta como tal. En la segunda vuelta nos enteraremos que en realidad es de centro izquierda, justo lo que se supone necesita Barbarilandia para no caer en manos de alguien de izquierda o extrema izquierda. Una vez en el poder, veremos que nuestro presidente es de izquierda o de lo que haga falta ser.
Piñera ya da visos de lo que vendrá. En primer lugar, nos salvara –supuestamente- del caos y del fin del mundo ¿Tendremos que agradecérselo? Legislará a favor del matrimonio homosexual y la adopción de menores que no tienen derecho a voto por parejas homosexuales con derecho a voto. Joaquín Lavín ya lo anunció con la pachotada de que el cabro estará mejor con su nueva familia que dentro del Sename, lo que es pura demagogia.
Los impuestos obviamente subirán. Crearán el museo de la democracia de la Alianza Pública Privada, donde podremos ver desde Aylwin a la derecha, hasta Bachelet a la izquierda. El mundo no comienza en el periodo jurásico, cuaternario ni triásico; ni con la llegada de Pedro de Valdivia. Obviamente se obviarán aquellos tortuosos y antidemocráticos 1.000 días y por supuesto aquellos 17 años de reconstrucción. Y será solo el comienzo.
Chile comienza con el “NO”. De ahí en adelante todo es patria, igualdad y robo al por mayor. Y a falta de un museo, tendremos dos para probarlo. Piñera (el malo) será un cómplice activo del engaño. Y sus secuaces también, por supuesto.
Fuente: https://blog-de-maximo.blogspot.cl/2017/07/las-chanchadas-de-pinera-el-malo.html
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